Palma Alvariño, nacida en Madrid en 1995, es una joven artista cuya obra irradia energía, fuerza y presencia propia. Sus creaciones no se limitan a la mera gestualidad o a brochazos impulsivos; detrás de cada pieza hay un cuidadoso proceso creativo y una experiencia pictórica profunda, donde el valor estético es consecuencia natural de su desarrollo artístico.

Influida por el expresionismo abstracto americano y el informalismo español, su lenguaje visual dialoga con referentes como Robert Motherwell, Franz Kline, Antoni Tàpies y Eduardo Chillida. Al igual que en estos maestros, la personalidad y visión de la artista son el motor que desencadena cada obra, otorgándole un carácter único y reconocible.

La pintura de Palma Alvariño se construye desde la autenticidad, con una intensidad cromática y gestual que conecta directamente con las emociones del espectador, reafirmándola como una voz emergente en el arte contemporáneo español.