Laia Bedós, nacida en Blanes (Girona) el 17 de agosto de 1975, creció en una familia de artistas y arquitectos, respirando creatividad desde la infancia. A los 16 años ya pasaba horas en su habitación pintando, un espacio donde podía soñar, expresarse y encontrar refugio.

Animada por su padre, aficionado a la pintura, tuvo la oportunidad de recibir sus primeras clases en el estudio del pintor Antoni Cerdán, con quien compartió largas sesiones creativas durante su etapa en el instituto.

Formada en Bellas Artes, amplió su trayectoria artística explorando la danza contemporánea, la música y otras disciplinas que le permitieron encontrar nuevos lenguajes expresivos. Con el tiempo, se ha especializado en la representación de emociones a través de la pintura, desarrollando además un enfoque profesional en educación emocional mediante el arte.

Su misión es ayudar a personas y organizaciones a descubrir la pintura como herramienta para expresar emociones, mejorar el bienestar personal y fomentar la conexión humana. La obra de Laia Bedós se caracteriza por su carga emotiva, su honestidad plástica y su capacidad para invitar a la introspección, con el objetivo de hacer del arte un camino hacia una vida más plena y consciente.