AIDA SUBIRÀ
22/05/2020
Romper, florecer.
Pintar, romper y reconstruir. Descubrir el arte de volver a empezar.
La espontaneidad y la magia de la naturaleza son las grandes protagonistas de mi obra. Exploro la inmensidad del tiempo a través del color y el papel, rompiendo sus límites y jugando con la luz y las trasparencias. El desnudo de los materiales, la contemplación del vacío y la serenidad de las flores son mi imaginario.
Experimento la resiliencia: pinto, rompo y vuelvo a construir. La acuarela, sutil y delicada, se convierte en una gran escultura. La belleza de las cicatrices –imperfecta y frágil- y la voluptuosidad del papel me hacen cómplice de un universo ilimitado en constante cambio y transformación.