Barcelona, 1955.
Entre 1975 y 1980 cursa estudios de Bellas Artes en la Facultad de Barcelona, que completa con cursos de grabado y cerámica en la misma facultad. Tras sus estudios, el pintor Víctor Pedra viaja entre 1980 y 1982 por Europa para completar su formación y se inicia en la escultura. Con el paso de los años, la escultura adquiere mayor importancia en su trabajo y en la década de los 90 realiza sus primeras esculturas de gran formato para espacios al aire libre.
Desarrolla un estilo surrealista de raíz picassiana, en el que la mujer es la protagonista. Mujer de cuerpo volumétrico, dotado de una identidad iconográfica: pájaros-saeta, perros, palmeras, sandías y granadas, frutos redondos y jugosos, símbolos de la sexualidad femenina, y a su vez alegorías de la fertilidad, en sus obras juega con las sombras cambiadas o distorsionadas o desaparecidas. La originalidad de sus obras las realizada básicamente en colores ocres sobre tela o sobre papel en las que también son muy apreciados por los coleccionistas tanto sus bodegones así como sus esculturas realizadas en metal plenamente policromadas en muchas ocasiones.
Sus inquietudes artísticas le llevan a colaborar con el escultor Josep Vilalta-Tor en el diseño de joyas.
Con el cambio de siglo, Pedra decir dar un cambio a su vida: deja Barcelona y la docencia y se instala en un pequeño pueblo de10 habitantes cercano al Pirineo. Esto le permitirá disponer de mucho espacio y dar un giro a su escultura.