Jordi Artigas: La Evolución y Técnica de un Maestro del Expresionismo Abstracto
Zaragoza 1963
Jordi Artigas, lo de ser artista lo lleva en la sangre, el mismo nos comenta que pinta desde que era un niño. En sus estudios aprendió el estilo figurativo pero posteriormente viró hacia un expresionismo abstracto. Claramente podemos observar reminiscencias de Tapies, Pollock, Rothko y otros maestros del informalismo y del expresionismo abstracto americano. Trabaja principalmente en acrílico sobre lino. Sus pinturas se caracterizan por grandes trazos gestuales y paletas de intensos colores rojos y negros.
Su obra se basa en la búsqueda constante de nuevos pigmentos naturales y terrosos, una evolución profunda en la carrera de un artista que en este momento se halla en plena madurez creativa y que le ha llevado a realizar obras pictóricamente impactantes usando elementos tan diversos como el poso del café, tintes, pigmentos acrílicos, óleos y un largo etcétera, dotando a su trabajo de un aspecto muy potente y matérico.
Sus obras son el reflejo interno de su mente, conceptual y expresionista en las que encontramos trazos muy atrevidos mezclados con texturas, grafismos y surcos intencionados, transmitiendo serenidad y equilibrio. En sus pinturas encontramos grandes pinceladas mezcladas con texturas, símbolos y surcos intencionados. Sus obras cromáticas están cuidadosamente equilibradas con pinceladas amplias y muy dinámicas. Es capaz de conseguir con tan solo unos trazos un resultado final sorprendente.
Jordi Artigas es un artista abnegado con un trabajo minucioso y constante:
«Es cierto que el oficio hace al maestro, y cuanto más trabajo, mejor se vuelve mi trabajo.»
Esta constancia le ha llevado a participar en muchas exposiciones individuales y colectivas, también en ferias de arte nacionales e internacionales. La obra de Artigas se encuentra en muchas colecciones internacionales, en ciudades como Nueva York, Milán, Tokio, Ámsterdam, Karlsruhe, Hamburgo, Londres, Bruselas, Berlín, entre otras.
Jordi Artigas ha logrado transmitir sensaciones nuevas tanto a las personas que descubren por primera vez sus obras como a los que ya la conocen por ser coleccionistas y admiradores de su calidad artística.
Entre sus obras más destacadas se encuentra «Me too», una pintura que evoca un fuerte sentido de empatía y conexión humana. En «Me too», Artigas utiliza una combinación de tonos oscuros y claros para expresar la dualidad de las emociones humanas, creando un impacto visual que invita al espectador a reflexionar sobre sus propios sentimientos y experiencias. Los trazos en esta obra son enérgicos y parecen casi vibrar con intensidad, logrando un balance entre caos y orden que es característico de su estilo.
Otra obra importante es «S.T. 7», una pieza que refleja su dominio de la abstracción. En «S.T. 7», Artigas juega con las texturas y los colores de una manera que sugiere un paisaje emocional interno, casi como una topografía de los sentimientos. La obra está llena de contrastes, con áreas de calma y otras de agitación, representadas a través de técnicas mixtas que incluyen acrílicos y pigmentos naturales. El uso de los colores en «S.T. 7» es particularmente notable, ya que mezcla tonos tierra con brillos metálicos, creando una sensación de profundidad y movimiento continuo.
La capacidad de Artigas para mezclar lo emocional con lo visual se observa también en sus series de trabajos dedicados a la naturaleza y sus elementos. Sus paisajes abstractos, aunque no representen escenas concretas, capturan la esencia de los entornos naturales mediante el uso de colores y formas que evocan montañas, ríos y cielos tumultuosos. Estos paisajes son interpretaciones personales y subjetivas del mundo natural, donde cada trazo y color tiene un significado profundo.
El compromiso de Jordi Artigas con su arte y su constante búsqueda de nuevas formas de expresión lo han consolidado como un artista integral. Su trabajo no solo embellece los espacios donde se exhibe, sino que también invita a los espectadores a una profunda reflexión sobre la naturaleza humana y sus emociones. Cada obra de Artigas es una ventana a su mundo interior, un universo lleno de color, textura y significado, donde cada detalle cuenta una historia y cada trazo tiene un propósito.
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